El intendente de Ciudad del Este, Miguel Prieto Vallejos, comenzó a pagar aguinaldo y regaló un pan dulce a cada funcionario de la Municipalidad, mientras él y sus principales colaboradores “tiraron la casa” como una despedida de fin de año. Los trabajadores tienen cinco meses de salarios atrasados y según anunció el jefe comunal, cumplirían en enero, dependiendo de las recaudaciones ordinarias.
Tras fuertes presiones de la ciudadanía, el jefe comunal finalmente accedió a realizar los primeros desembolsos. Miguel Prieto (Yo Creo) incluso fue escrachado a través de las redes sociales luego de publicar imágenes sobre el encuentro de fin de año que mantuvo con directores y concejales del primer anillo. El intendente atribuyó a los mismos el éxito en su gestión, sin darle los merecidos réditos a los trabajadores humildes, prácticamente marginados en la Comuna esteña.
Los mismos, en todo este tiempo, tuvieron que costear pasajes y tareas externas, dado que se quedaron sin ingresos por la falta de remuneraciones. En forma sistemática vinieron denunciando la falta de consideración de Prieto, pues este alardeaba de las inversiones en obras, proyectos y también viajes que realizaba con sus secuaces a otro país, jactándose de ser el mejor jefe. Mientras, los empleados estaban pasando hambre al no recibir la paga.
Los concejales de la bancada ANR confirmaron que tampoco cobran la dieta. Esto, hace más de siete meses, mientras que asesores y otros legisladores de Yo Creo perciben casi al día sus beneficios, dejando entrever el privilegio existente dentro de la administración de Prieto.
La intendencia, faltando meses para terminar el ejercicio fiscal 2023, logró la aprobación de un préstamo de 10 mil millones de guaraníes, que nuevamente levantó el enojó del personal municipal, pues nadie sabía en qué se destinaría dicha suma de dinero.
Al ser cuestionado, el titular de la Comuna esteña garantizó que se invertiría en obras públicas y no precisamente para ponerse al día con el plantel humano.