n mañana de este martes 25 de mayo (08:00) comenzó el juicio oral y público al exguardia de seguridad del Poder Judicial, Wilson Miguel Scappini Villalba (28), quien está acusado por el asesinato de la jueza Diana Eveline Mereles Duarte, crimen ocurrido en junio del 2020 en la sede judicial de la ciudad de Hernandarias. El debate público genera gran interés de la ciudadanía paranaense, considerando que el caso tuvo amplia repercusión en su momento.
El Tribunal de Sentencia que tiene a su cargo el juzgamiento del supuesto criminal está presidido por la magistrada Flavia Lorena Recalde y conformado por los jueces Milciades Ovelar y Carlos Vera Ruiz. A su vez, el Ministerio Público está representado por la agente fiscal Natalia Montanía.
Según antecedentes, el asesinato ocurrió el 27 de junio de 2020, a las 15:07 aproximadamente, en el predio del Poder Judicial, ubicado en la calle Uruguay casi Juan E. O’Leary del barrio San Antonio del distrito hernandariense.
En aquella oportunidad, Scappini Villalba subió al segundo piso del edificio a fin de atacar a la magistrada Diana Eveline, quien cumplía funciones como juez Civil, Comercial y Laboral del segundo turno, y a esa hora estaba saliendo de su despacho luego de una ardua jornada laboral.
Una vez en la segunda planta, el guardia de seguridad presumiblemente tomó un extintor que estaba adherido por la pared y al encontrarse con la magistrada, sin mediar palabras, le habría aplicado golpes en la cara. A raíz de la agresión sufrida, la víctima arrojó al suelo su bolso, termo y otros objetos.
Diana Eveline cayó por las escaleras hasta el entrepiso, momento en que comenzó a forcejear con su agresor que había bajado detrás de ella. Allí, se activó el extintor, dejando rastros de polvo químico en las escaleras y el entrepiso. Ambos descendieron hasta la planta baja, donde la magistrada comenzó a gritar, pidiendo auxilio. Ínterin que el presunto criminal se apoderó de un cable que servía de alargue y presuntamente estranguló a la mujer y luego la arrastró hasta el pasillo de la Defensoría Pública que funciona en el lugar.
Después, el supuesto criminal tomó una piedra que era utilizada para atajar una mesita y le aplicó supuestamente varios golpes en la cabeza a la jueza, hasta ocasionarle la muerte. Seguidamente, el agresor se cambió de ropas, dejando en el lugar su campera, camisa y pantalón, que estaban con mancha de sangre, y rastros de polvo químico resultante del extintor.
Posteriormente, Scappini Villalba habría sacado de la cartera de la magistrada 300 dólares y se dirigió a una boutique denominada «Cynthia», de donde compró una remera y pantalón con el dinero sustraído, a fin de cambiarse de ropas. Después se retiró del lugar con paradero desconocido.
Las circunstancias descritas fueron corroboradas preliminarmente por el ciudadano Justo Ángel Rotela, guardia de la empresa Servipar, encargado de la cobertura de seguridad del edificio judicial en el horario nocturno. El citado llegó a su puesto a las 18:00 de aquel 27 de junio, pero no encontró al personal que debería estar cubriendo el puesto.
Al no poder contactar con el vigilante de turno, Rotela se comunicó con el jefe de seguridad y a la vez padre de Wilson Miguel, el señor Pedro Scappini, quien se apersonó en el lugar. Luego, treparon la muralla a través de un inmueble adyacente para ingresar al edificio y allí comprobaron el desorden existente y encontraron a la jueza Diana Eveline, ya sin signos de vida. Inmediatamente comunicaron el hecho a la comisaría de la zona y al Ministerio Público.
Tras confirmarse que Wilson Miguel Scappini Villalba habría sido el autor del brutal homicidio, la Fiscalía ordenó su detención preventiva hasta que fue privado de su libertad, sometido a proceso y ahora afronta el juicio oral, en el cual puede ser condenado hasta a 30 años de prisión por la gravedad del crimen cometido.