El gobernador de Alto Paraná, César “Landy” Torres, confirmó que realizaron todos los relevamientos necesarios para proseguir con la construcción del polideportivo de Minga Guazú. La obra, que llegó solamente al 50 %, fue abandonada por las administraciones de Digno Caballero y Diego Ríos. La Junta Departamental, a pedido del concejal César Paredes, había declarado de interés la conclusión de los trabajos.
El esqueleto abandonado hace años costó más de 7.000 millones, una burla para los mingueros, pues quedó inservible, pese a todos los recursos invertidos. El último pago -de G. 700 millones- lo hizo el intendente Diego Ríos, en el año 2022, a la empresa Tecnoedil.
De acuerdo con los antecedentes, fue en agosto del 2021, que se entregó solamente la estructura de lo que sería el salón. La financiación se hizo con fondos de royalties.
En aquel entonces, en la gestión de Digno Caballero, se adjudicó G. 5.997 millones, pero después, representantes de la firma solicitaron una adenda de G. 1.200 millones, teniendo en cuenta que se trataba de una edificación de gran envergadura y el presupuesto no cubría la totalidad del proyecto.
Argumentaron en su oportunidad, que el aumento obedecía al cambio en la estructura de base donde inicialmente se planificaron zapatas. No obstante, tuvieron que realizarse “pilotes, debido a las condiciones de suelo, que no fueron verificadas en la proyección inicial”.
Luego, en agosto de 2021, ya con cinco meses de atraso, se entregó la primera parte del polideportivo y desde entonces, nunca más prosiguieron, incurriendo a graves faltas contractuales, tanto los jefes comunales como la empresa contratista.
El concejal César Paredes, a pedido de los lugareños, planteó la declaración de interés departamental, solicitando que la Gobernación termine la obra. Expresó que era una “vergüenza que el municipio no cuente con un espacio para el deporte y se tenga que recurrir -para cada evento- a otro sitio alquilado”.
