Los familiares de un interno de la Penitenciaría Regional de Alto Paraná, que recientemente falleció, aseguran que el hombre de 68 años no murió de COVID como informó el Ministerio de Justicia y se divulgó en algunos medios de comunicación. Sostienen que el mismo soportaba una enfermedad pulmonar y estuvo varios días internado en el Hospital Integrado Respiratorio de Ciudad del Este.
Los parientes, incluso, denunciaron que los directivos del establecimiento penitenciario y las autoridades sanitarias no quisieron entregarle el cadáver del familiar. Indicaron que debieron prácticamente rogar a las autoridades para llevarse el cuerpo del fallecido y darle una cristiana sepultura.
Según la familia, el protocolo señala que cuando una persona muere del virus primeramente se menciona que es por COVID y luego la enfermedad de base. En este caso, el certificado de defunción señala que el sexagenario falleció de un “shock séptico pulmonar (pulmonía grave)” y no de coronavirus, sostuvieron.
