La Cámara de Apelaciones de la Circunscripción Judicial de Alto Paraná confirmó la condena de 40 años de pena privativa de libertad a Lucineia Stael Gresoski y Jurandir López Alves por el crimen de Johny Osmar Leith Prieto (34), hecho ocurrido en el 2010. Ambos fueron sentenciados en primera instancia a 30 años de pena carcelaria y 10 años de medida de seguridad, al igual que Gilvacir Lopes Alves, que ya estaba con sentencia firme. La fiscal Estela Mary Ramírez representó al Ministerio Público en la presente causa.
La cédula de notificación, sobre la confirmación de la sentencia, fue recibida por la citada representante pública en fecha 24 de setiembre del 2020 y lleva la firma de los camaristas Efrén Giménez Vázquez, Myrian Meza de López y Óscar Rodríguez Kenedy, quienes entendieron en el caso.
Inicialmente, Lucineia, Jurandir y Gilvacir fueron condenados a 30 años de cárcel, más 10 años de medida de seguridad, totalizando 40 años, durante un Juicio Oral que se realizó en diciembre de 2012. Pero, la defensa apeló y la Cámara reenvió la causa para la realización de un nuevo Juicio Oral con otro Tribunal. El debate nuevamente se realizó el 24 de agosto de 2018, oportunidad en que los jueces de sentencia aplicaron otra vez a la misma pena a los acusados.
Posteriormente, los defensores de los dos primeros recurrieron a la Corte Suprema de Justicia para la medición de la pena y la máxima instancia judicial reenvió la causa al Tribunal de Alzada de Alto Paraná, que finalmente se ratificó en la condena de 30 años de pena privativa de libertad, más los 10 años de medida de seguridad.
LOS ANTECEDENTES
Los antecedentes del caso datan del 3 de junio del 2010, ocasión en que una banda criminal, integrada por los hoy condenados, raptó a Johny Leith del estacionamiento del supermercado Gran Vía del kilómetro 4 de Ciudad del Este, donde el joven se encontró con Lucineia Stael, tras conocerse a través de las redes sociales.
Los criminales asesinaron al joven al día siguiente del rapto, tras robarle su automóvil y otras pertenencias, y 48 horas después comenzaron a pedir dinero a los familiares -a través de mensajes de textos- por la supuesta liberación del hombre.
Los delincuentes amenazaron con “enviar la cabeza de Johny Leith en un plato” a los familiares, si éstos no cumplían sus pretensiones económicas, aunque para ese entonces el afectado ya había sido asesinado.
El cuerpo de la víctima fue arrojado a las aguas del río Monday, en el límite entre Presidente Franco y Los Cedrales, donde fue hallado una semana después. Mientras, el automóvil de Leith Prieto fue encontrado totalmente incinerado en una calle de ciudad de Presidente Franco.