En medio de una estricta medida de prevención contra el Coronavirus, impulsada por el Consejo de Administración de la Sexta Circunscripción Judicial, concluyó este viernes 13 de marzo un juicio oral y público en el que condenaron a 3 años de prisión a un hombre por estafa.
El Tribunal de Sentencia, conformado por Zunilda Martínez (presidente), Herminio Montiel y Nilda Cáceres (miembros), dictó el fallo condenatorio contra Francisco Acevedo Bogarín (foto), dueño de la firma denominada Compañía Paraguaya de Construcción de Vivienda.
En la causa igualmente está acusado el hijo del condenado, Nicolás Acevedo Bordón, quien está prófugo de la Justicia. Éste operaba como cabecilla para la perpetración del hecho punible contra el patrimonio. Resultaron víctimas Sandra Lucía Hortensia González y Nancy Raquel Rolón.
El fiscal Sergio Irán Villalba representó al Ministerio Público y pidió la aplicación de 2 años con suspensión a prueba de la ejecución de la condena. Igualmente, la querella ejercida por el abogado Derlis Martínez pidió la misma sanción, especificando la pretensión de las víctimas de recuperar por lo menos la mitad del dinero, en un plazo de 90 días.
Sin embargo, los jueces consideraron que el grado de reproche era más elevado, por lo que aplicaron los 3 años de prisión, que deberá ser cumplido una vez que quede firme la sentencia.
Según antecedentes, el 2 de mayo del 2016, Sandra Lucía celebró un contrato con Nicolás Acevedo para la construcción de una vivienda de 100 metros cuadrados, entregando la suma de 70 millones de guaraníes. El hombre expidió a la recurrente un recibo de dinero con membrete de la empresa. Sin embargo, la referida firma llegó a levantar solamente una muralla.
El plazo de culminación era de 90 días, conforme con la acusación fiscal.
Luego, el 9 de mayo de 2016, Nancy Raquel también firmó un acuerdo con la misma empresa para la construcción de una vivienda de 70 metros cuadrados, en un terreno ubicado en el km 5,5, barrio La Blanca de Ciudad del Este, abonando en el acto la suma de 40 millones de guaraníes. En la oportunidad, le dieron también un recibo membretado.
En el debate público se probó que el ahora prófugo era el encargado de realizar todas las tratativas, firmar contratos, expedir los recibos, operando como autor directo en el ilícito. Asimismo, se dio a conocer que la mencionada empresa figura a nombre de Francisco Acevedo, y funcionaba presuntamente en forma irregular al no pagar los impuestos correspondientes.
Al valorar estos elementos, el Tribunal Colegiado condenó al hombre en calidad de cómplice ya que ayudaba a su hijo para la consumación de la estafa. Además, se comprometió a devolver la plata a los afectados, pero nunca cumplió.
