El Ministerio Público formuló acusación contra tres supuestos miembros de una organización criminal que presuntamente se dedicaba al tráfico internacional de drogas y que en junio del 2019 fueron detenidos con casi 6.000 kilos de marihuana prensada, en la capital del Alto Paraná. El requerimiento conclusivo fue presentado por el fiscal Manuel Rojas Rodríguez, de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico, quien solicitó la elevación de la causa a Juicio Oral y Público. El proceso se tramita en el Juzgado Penal de Garantías N° 5, a cargo de la magistrada Cinthia Garcete.
Los acusados son Carlos Alfredo Santander Vera (52), Feliciano Ibarra (56) y Blas Antonio López Ocampos (58), quienes se encuentran recluidos en prisión y con altas expectativas de penas carcelarias. Los dos primeros soportan cargos por los supuestos hechos punibles de Remisión de Sustancias Estupefacientes al Exterior, Actos Tendientes a Remitir Sustancias Estupefacientes al Exterior, Tenencia sin Autorización de Sustancias Estupefacientes, Transporte sin Autorización de Sustancias Estupefacientes y Asociación Criminal para la Comisión de Hechos Punibles contra la Ley de Drogas. Mientras que el tercero de los nombrados está procesado por Facilitación y Provisión de Medios de Transportes para el Tráfico de Drogas.
Con relación al hecho, igualmente está imputado en rebeldía el ciudadano Salvador Ayala Ávalos, quien hasta el momento se encuentra prófugo de la Justicia. Por otro lado, la representación pública solicitó el sobreseimiento definitivo de Rubén Darío Santander Vera, hermano de Carlos Alfredo, al comprobarse que no formaba parte de la banda delictiva.
Según los antecedentes, el 28 de junio del 2019, a las 09:30, Feliciano Ibarra habría intentado pasar la frontera hacia el territorio brasileño con un cargamento de droga, a bordo de un tractocamión, de la marca Scania, de color blanco, con matrícula CAU 596, con una carretea tipo cisterna acoplada. El mismo fue retenido en la zona primaria del Puente de la Amistad y pudo escapar del lugar antes de que el vehículo sea inspeccionado. Luego, los intervinientes constataron que el camión transportaba 5.915 kilogramos de marihuana prensada.
En esa misma fecha, también en horas de la mañana, Ayala Ávalos habría cruzado al Brasil en otro camión Scania, de color rojo, con chapa CAU 638, con cisterna acoplada, transportando una tonelada de marihuana prensada. El hombre posteriormente abandonó el rodado con la carga de estupefacientes en la ciudad de Foz de Yguazú (Brasil), al enterarse que su compañero no pudo cruzar la frontera.
La investigación refiere que los dos camiones que transportaban las cargas de marihuana fueron adquiridos en comodato y acondicionado por el acusado Carlos Alfredo Santander Vera, de manera exclusiva para el transporte de drogas. Los vehículos fueron reparados y equipados en el local de la empresa ABT Transporte S.A., de la cual el mismo era presidente y accionista mayoritario.
Carlos Santander, luego de haber adquirido en comodato, reparado y acondicionado tres tractocamiones para uso del transporte internacional de grandes cantidades de cannabis hacia el territorio brasileño, habría fraguado un contrato de alquiler de los rodados y de una retroexcabadora a favor del coimputado Heriberto Rojas.
En realidad los vehículos no fueron entregados al último citado, sino el documento se habría falseado para evitar eventuales procesos penales ante la probabilidad de que tales camiones sean incautados con cargamentos de drogas. Más bien, el contrato de alquiler serviría como una coartada a Santander, a fin de evadir su responsabilidad penal en el transporte de las drogas, refiere la acusación fiscal
A su vez, Blas Antonio López habría sido la persona que convenció al señor Estanislao Franco para que ceda en comodato los tres camiones que tenía en desuso, a sabiendas que esos rodados serían acondicionados para transportar estupefacientes. Para el efecto, realizó los contactos con el propietario, a quien conocía desde hace mucho tiempo y a quien convenció para que entregue los rodados, con la promesa de que tales camiones serían devueltos ya reparados en condiciones de uso o que serían comprados por el señor Carlos Santander.
