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La creciente ola de crimen en Ciudad del Este no puede ser pasada por alto. Los hechos recientes, como el robo de un valioso cargamento de celulares y un violento asalto a empleados de una empresa constructora, reflejan una realidad alarmante que demanda una acción inmediata y decidida.

El miércoles pasado, un grupo de delincuentes logró sustraer un cargamento de celulares valuado en 1.5 millones de dólares, en un audaz golpe que tuvo lugar a escasos minutos de la Dirección de Policía y la comisaría 4ª jurisdiccional. La falta de temor a las autoridades plantea serias interrogantes sobre la eficacia de las fuerzas del orden en la ciudad.

El sábado, otro acto de violencia dejó a la comunidad conmocionada. Delincuentes atacaron a empleados de una empresa constructora mientras realizaban pagos a proveedores en el barrio Las Carmelitas. El saldo fue dinero en efectivo robado y cuatro celulares, además de una víctima herida por un disparo. El atrevimiento de los criminales no conoce límites, ya que incendiaron el automóvil utilizado en el asalto y continuaron su escape en otro vehículo.

Es evidente que la situación exige una respuesta inmediata y contundente. En este sentido, es imperativo que se tomen medidas significativas a nivel policial. El director de Policía de Alto Paraná, comisario general inspector Blas Vera, y toda la cúpula policial, deben ser removidos y reemplazados por policías con la capacidad y la voluntad de enfrentar la creciente criminalidad que se ha apoderado de esta zona fronteriza.

Además de una revisión a nivel de liderazgo, es necesario un aumento en la coordinación y cooperación entre las fuerzas del orden y las unidades de seguridad pertinentes. La lucha contra la delincuencia requiere un enfoque integral que involucre a la comunidad, a fin de brindar un ambiente seguro y proteger a los ciudadanos de bien. La población no debe vivir con miedo ni ser víctima de criminales desenfrenados. La seguridad y la paz son derechos fundamentales que deben ser resguardados. Es hora de tomar decisiones drásticas para poner fin a esta epidemia que asola la ciudad y restaurar la confianza en las instituciones encargadas de proteger a la comunidad en la frontera.

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